[2021]
Nunca es fácil emigrar a otro país. Mucho menos si no se posee el potencial económico para hacerle frente a los proyectos laborales. Es el caso de Juliana Errazu, que emigró desde Argentina junto a su familia para armar una de las pizzerías más potentes de la Región de Murcia. Junto a su hermano Mariano Errazu y su marido Francesco Ioffredo han levantado Mano a Mano, una pizzería que fusiona sabores argentinos con italianos a través de sus pizzas y sus famosas empanadillas. Sin embargo, antes de lograr el éxito que les ha hecho abrir tres locales -Centrofama y Juan Carlos I en Murcia, y otro en Cartagena-, pasaron por momentos de incertidumbre y dificultades económicas. «Nosotros no nos dedicábamos a la hostelería. Mi hermano es ingeniero, mi padre es arquitecto y mi madre administrativa. Solamente mi marido era pizzero. Llegamos aquí, siendo inmigrantes y en plena crisis. Nos tuvimos que reinventar, y a mi padre se le ocurrió el mercado de las empanadillas argentinas, que no estaba explotado en Murcia. Empezó a trabajar en maquinaria para producirlas de forma industrial con la intención de suministrar a los bares. No tuvimos muy buena aceptación con ellos porque éramos de fuera». Viendo el panorama, decidieron armar su propio local después de explorar alternativas económicas para abrirlo. «Pedimos un crédito de 25.000 euros y ayuda a familiares para montar la primera pizzería en Centrofama. Por suerte, tuvimos buena aceptación desde el comienzo y empezamos a crecer», comenta Juliana. Empezaron hace seis años y desde los comienzos, el trabajo dio sus frutos. Empezaron como un negocio familiar y hoy por hoy suman alrededor de 80 trabajadores entre sus pizzerías y el obrador de empanadillas que provee sus propios locales. «Nos fue bien, con bastantes ventas y necesitábamos más gente porque no dábamos para más. Así empezamos a contratar gente y siguieron aumentando las ventas. Fue como una rueda», declara. El coronavirus ha supuesto un parón en sus planes, pero esta familia argentina no tiene intención de detenerse y quieren seguir expandiendo su marca por la Región o fuera de ella. «Tenemos los pies en la tierra y andamos sobre firme. Somos jóvenes y nos sentimos con muchas ganas. Creemos que esto tiene bastante potencial y tenemos planes de expandirnos, aunque empezaron seguramente por el obrador de empanadillas para abastecer más locales de venta. Estoy muy orgullosa de cómo hacemos las cosas», finaliza. Con trabajo, felicidad y constancia, esta familia italoargentina ha superado las adversidades desde su llegada y se ha hecho un hueco en la restauración de la Región.
Autor: Periódico La Opinión de Murcia (Mano a mano – Murcia Inicia – Ayuntamiento de Murcia (laopiniondemurcia.es))